Hay lugares que, nada más cruzar la puerta, te envuelven en una calma difícil de explicar. Este ático es uno de ellos. Tal vez sea la luz que entra a raudales, o el azul del mar que se cuela por cada ventana. Quizá es el silencio, roto solo por el rumor del puerto. Pero lo cierto es que aquí, uno se siente flotando. Como si estuviera a bordo de un velero, anclado en plena serenidad.
Ubicado en una de las zonas más codiciadas de L’Ametlla de Mar, este ático se encuentra en un entorno privilegiado, rodeado de jardines cuidados al detalle y una piscina comunitaria que invita a alargar los días de verano. Todo está en perfecto estado, tanto dentro como fuera. Y eso se nota.
La vivienda, impecable, cuenta con dos habitaciones y dos baños (uno de ellos ensuite), suelo de parquet, una cocina reformada a estrenar, y un salón amplio que conecta con una terraza con vistas de postal al mar y al puerto. Sentarse ahí, con una copa de vino y el sonido del mar de fondo, es un pequeño lujo cotidiano.
Además, la propiedad dispone de licencia turística, lo que convierte esta joya en una inversión con alto rendimiento garantizado. Ascensor, plaza de parking y trastero completan una propuesta redonda, pensada para vivir o disfrutar por temporadas.
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